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La pandemia del COVID-19, con sus profundos y devastadores efectos en términos de sufrimiento humano, pérdidas económicas y trastornos sociales,ha puesto de manifiesto la interconexión de nuestras sociedades y el alcance de las desigualdades dentro de los países y entre ellos. Para reconstruir nuestro mundo sobre bases más igualitarias, inclusivas y sostenibles, es fundamental contar con una agenda común, como ha pedido el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU). La declaración sobre la conmemoración del 75 aniversario de la ONU aboga por un contrato social renovado, anclado en los derechos humanos. Una recuperación de la pandemia centrada en el ser humano requiere aumentar la inversión mundial en protecciones sociales universales, acelerar la creación de trabajo decente y comprometerse a acabar con las desigualdades de género. Esto implica, entre otras cosas reconsiderar cómo valoramos el trabajo de las mujeres y la importancia relativa de los sectores dentro de la economía. Al hacerlo, tenemos que mejorar a la hora de dar más valor a lo que más importa a las personas. Este informe da un paso importante en esta dirección al ofrecer el análisis más exhaustivo y profundo de las diferencias salariales entre hombres y mujeres en el sector sanitario y asistencial, un sector en el que predominan las mujeres. Los datos demuestran que, aun estando siempre presentes, las mujeres asalariadas cobran aproximadamente un 20% menos que los hombres y que sólo una pequeña parte de esta diferencia se debe a diferencias en las características y dotaciones de mujeres y hombres.