Políticas favorables para la familia y otras buenas prácticas en el lugar de trabajo en el contexto de Covid-19
Las consecuencias del brote de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) no tienen precedentes y se dejan sentir en todo el mundo. La pandemia está afectando gravemente a los mercados laborales y a las economías, incluidas las cadenas mundiales de suministro, lo que está provocando perturbaciones generalizadas en las empresas. Con muchas empresas luchando por sobrevivir, la pérdida de empleos e ingresos y el aumento de la pobreza laboral son una realidad para muchos trabajadores. Los autónomos, los trabajadores domésticos y de cuidados y los que trabajan en agencias de trabajo temporal o eventual corren un riesgo especial. La ausencia de sistemas de protección social adecuados agrava la vulnerabilidad de las familias trabajadoras ante la crisis.
Para muchos niños y sus familias, la rápida evolución de la situación supone la interrupción de la educación y el cuidado de los niños, enfermedades familiares y la posible pérdida de ingresos familiares. Las restricciones a la libre circulación y las repercusiones socioeconómicas de la crisis exponen a los niños a un mayor riesgo de sufrir abusos, abandono y La OIT estima que hasta 25 millones de puestos de trabajo en todo el mundo están en peligro debido a la pandemia del COVID-19. En el contexto del cierre de escuelas y guarderías, las responsabilidades de cuidado doméstico de los padres que trabajan, especialmente las mujeres, han aumentado considerablemente durante la crisis. Al proporcionar a los padres que trabajan el tiempo, la información, los servicios y los recursos que necesitan para hacer frente a la crisis, las políticas y prácticas favorables a la familia pueden marcar una diferencia decisiva. También suponen una importante contribución a una protección social más amplia. La protección del empleo y de los ingresos, los permisos retribuidos para cuidar a familiares, la flexibilidad laboral y el acceso a guarderías de urgencia de calidad son medidas importantes que permiten a los trabajadores protegerse y cuidar de sí mismos, de sus hijos y de sus familiares. Los empleadores también pueden desempeñar un papel importante a la hora de recopilar y comunicar datos desglosados por sexo sobre cómo la situación está afectando especialmente a las mujeres. Este documento ofrece recomendaciones (provisionales) a los empresarios para mitigar las consecuencias negativas derivadas de la COVID-19.