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El trabajo de cuidados no remunerado asciende a la astronómica cifra de 2.000 millones de horas diarias en el mundo, de las cuales tres cuartas partes son realizadas por mujeres. Esta realidad explica, en gran medida, los escasos avances que se han visto en la reducción de las brechas de género, en lo que a empleo, salarios y tiempo de uso se refiere. En este contexto, la llamada estrategia de las 3R -Reconocimiento, Reducción y Redistribución del trabajo de cuidados no remunerado- ha sido aceptada como la principal intervención política para cerrar las brechas de género (Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU 2014). Basándose en un método de medición desarrollado por el Instituto Levy que combina la pobreza de tiempo y de ingresos (llamado LIMTIP), los autores de este informe analizan empíricamente el impacto neto sobre el bienestar de la expansión de los servicios de cuidado infantil en México. En concreto, realizan una evaluación integral con perspectiva de género de la creación de empleo y la generación de ingresos, los cambios en la carga de trabajo remunerado y no remunerado, y el riesgo que esto puede suponer en términos de pobreza de tiempo.