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A pesar de años de crecimiento del número de mujeres con trabajo remunerado, los roles de género en las tareas domésticas no remuneradas se han mantenido notablemente rígidos. El trabajo doméstico no remunerado puede subcontratarse a proveedores de servicios domésticos no asistenciales, como limpiadores o amas de casa; sin embargo, los elevados precios, una importante carga fiscal y la falta de facilidad de acceso imponen barreras a una mayor formalización del sector de los servicios domésticos. Con el objetivo de aumentar el equilibrio entre la vida laboral y familiar de los hogares, en particular de las mujeres empleadas, y reducir la práctica generalizada del empleo no declarado, varios países de la OCDE han puesto en marcha políticas para formalizar e impulsar la prestación de servicios domésticos no asistenciales. Este informe ilustra la importancia del sector de los servicios domésticos no asistenciales y revisa los enfoques internacionales en la formalización del mercado de servicios domésticos no asistenciales, que van desde la provisión de incentivos fiscales o la concesión de vales sociales, para identificar las buenas prácticas. Para poner de relieve las posibles ganancias económicas que podrían derivarse de aliviar la carga del trabajo doméstico, el informe también calcula el valor económico del trabajo doméstico no remunerado realizado por hombres y mujeres.